¿Se llevan bien los niños y los adolescentes?

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Se llevan bien los niños y los adolescentes

Seguro que ya has tenido bastantes altibajos con tus hijos, pero ¿sabías que hay una edad en la que los altibajos son realmente altos y los altos son realmente bajos?

Así es: se llama adolescencia. Los adolescentes experimentan muchos cambios en su cuerpo y en su cerebro, lo que puede hacer que estén de mal humor y sean impredecibles.

La buena noticia es que no se quedan así para siempre. Seguro que te preguntas si tu hijo adolescente llegará a llevarse bien con sus hermanos pequeños. La respuesta es sí, pero puede que necesite ayuda para conseguirlo.

Niños y adolescentes pueden llevarse bien, pero no ocurre por arte de magia.

Los niños y los adolescentes pueden llevarse bien, pero no ocurre por arte de magia. Hay cosas que los padres pueden hacer para ayudar a sus hijos a aprender a respetarse y llevarse bien.

Es importante que los padres enseñen a sus hijos a ser respetuosos con los demás, y es igualmente importante que enseñen a sus hijos adolescentes a ser responsables de sí mismos y de los que les rodean.

No es sólo una cuestión de respeto mutuo; se trata de enseñar a niños y adolescentes a trabajar juntos.

El respeto es una calle de doble sentido. No puedes esperar que tus hijos te respeten si tú no les respetas primero. Cuando los padres no respetan a sus hijos, es fácil que éstos se sientan menospreciados y descarguen sus frustraciones entre ellos. Y es entonces cuando las cosas se ponen feas.

Los niños y adolescentes deben aprender a respetar las diferencias de los demás; necesitan un entorno en el que se les anime a ser ellos mismos sin sentirse juzgados o criticados por los demás en casa.

Los padres deben asegurarse de que los niños y los adolescentes se respetan mutuamente estableciendo normas claras de comportamiento entre ellos y haciéndolas cumplir sistemáticamente cuando sea necesario (por ejemplo, “prohibido insultarse”).

Para que esta relación funcione, ambos deben respetarse.

El respeto es importante en todas las relaciones, y lo es especialmente cuando intentas llevarte bien con tus padres o hermanos. Respetarse significa ser amable y cariñoso con los demás, ser justo y honesto, ser tolerante y abierto.

El respeto se aprende observando cómo tratan los mayores a los pequeños, ¡y viceversa! Si una persona mayor respeta a una más joven (o viceversa), la más joven aprenderá a tratar a los demás con respeto.

Los padres deben animar a sus hijos e hijos adolescentes a ser respetuosos, responsables y amables entre sí.

Los padres deben animar a sus hijos y adolescentes a ser respetuosos, responsables y amables con los demás.

Los padres deben dar ejemplo a sus hijos siendo ellos mismos respetuosos, responsables y amables. También deben animar a sus hijos a hacer lo mismo entre ellos.

Es importante que los padres enseñen esta lección porque les ayudará a establecer relaciones más sólidas entre ellos, así como a crear lazos fuertes entre los miembros de la familia que podrían durar toda la vida.

Si a los niños se les enseña desde pequeños lo importante que es no sólo llevarse bien sino también respetar los sentimientos de los demás, lo más probable es que también lo hagan cuando sean adolescentes.

Una buena relación entre niños y adolescentes puede ayudarles a desarrollar estrategias para afrontar los momentos difíciles.

Una buena relación entre niños y adolescentes puede ayudarles a desarrollar estrategias para afrontar los momentos difíciles.

También puede ayudarles a aprender a comunicarse entre sí, a transigir y a ser tolerantes con sus diferencias.

Al final, todo se reduce al respeto: Si usted respeta a su hijo y él le respeta a usted, es muy probable que su relación sea lo bastante sólida como para capear cualquier temporal que pueda surgir.

Los niños deben aprender a trabajar juntos para que su relación sea duradera.

La mejor manera de que tus hijos se lleven bien es enseñarles a trabajar juntos. Esto significa enseñarles la importancia del respeto, la responsabilidad, la amabilidad y la cooperación.

  • Respeto: Enseña a tus hijos a respetar las diferencias de los demás y las suyas propias. Deben entender que cada persona tiene algo único que ofrecer a los demás y que no sólo es importante lo que dicen, sino también cómo lo dicen (es decir, con amabilidad).

     

  • Responsabilidad: Enseña a tus hijos lo importante que es que todos los miembros de una relación o grupo de amigos -incluidos ellos mismos- se ocupen de cosas como compartir los juguetes o limpiar lo que ensucian, para que todos puedan disfrutar del tiempo juntos sin sentirse agobiados por obligaciones como éstas.

     

  • Amabilidad: Mostrar amabilidad no siempre es fácil, pero hay muchas maneras de ser amable cada día sin darnos cuenta. Por ejemplo: hacer cumplidos; decir “por favor” cuando alguien nos pide algo; ayudar en casa sin que nos lo pidan… ¡y hay muchos más ejemplos!

Conclusión

La relación entre niños y adolescentes puede ser difícil de gestionar. Hay muchos factores que contribuyen a ello, como el hecho de que ambos estén atravesando grandes cambios en sus vidas al mismo tiempo.

Sin embargo, enseñando a niños y adolescentes a trabajar juntos y a respetarse mutuamente, los padres pueden contribuir a que sus hijos mantengan relaciones sanas entre sí durante años.

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