Un sistema político es un conjunto de normas que definen cómo se distribuye el poder, quién puede participar en el proceso político y cómo se toman las decisiones.
Los sistemas políticos varían de un país a otro, pero todos tienen algunas cosas en común (como las elecciones).
Algunos ejemplos son las repúblicas democráticas y las monarquías autoritarias. Un nuevo sistema político puede tener éxito si reúne estas características:
¿Qué es un sistema político?
El término “sistema político” se utiliza para describir el conjunto de instituciones que gobiernan un país. Entre ellas se incluyen:
- El poder ejecutivo, que elabora y aplica leyes y reglamentos. En Estados Unidos, incluye al presidente y al vicepresidente; en otros países (como Francia), puede incluir también a primeros ministros o monarcas que reinan sobre sus súbditos y tienen el control de las fuerzas militares.
- El poder legislativo, que elabora las leyes basándose en las directrices establecidas por las órdenes ejecutivas emitidas por los presidentes o primeros ministros/monarcas.
- Los congresos son ejemplos de asambleas legislativas; otros tipos son los senados o los parlamentos, cuyos miembros representan regiones geográficas en lugar de densidades de población, como los distritos en Estados Unidos.*//endbullets
Principales tipos de sistemas políticos
Existen muchos tipos diferentes de sistemas políticos. La democracia, la autocracia y la anarquía son algunos ejemplos.
El comunismo y el socialismo también son tipos de sistemas políticos.
El capitalismo es una forma de sistema económico en el que los medios de producción son de propiedad privada y se explotan con fines lucrativos, siendo el objetivo la competencia entre empresas que producen bienes o servicios (es decir, las fuerzas del mercado).
¿Cómo funcionan los sistemas políticos?
Los sistemas políticos están diseñados para ayudar a las personas a vivir juntas.
También están diseñados para ayudar a las personas a alcanzar sus objetivos y garantizar que todos tengan los mismos derechos, oportunidades y responsabilidades.
¿Cómo podemos evaluar la eficacia de los sistemas políticos?
El siguiente paso es determinar hasta qué punto el sistema satisface las necesidades de los ciudadanos. En otras palabras, ¿es eficaz?
Para evaluar la eficacia de los sistemas políticos, debemos tener en cuenta dos cosas:
1) si satisfacen las necesidades de sus economías y
2) si satisfacen las necesidades de sus ciudadanos. La primera cuestión está directamente relacionada con nuestro debate sobre la eficiencia y la equidad; si la economía de un país crece más deprisa que la de otros, es posible que ese país haya encontrado una forma eficaz de intervención gubernamental en los mercados (como aranceles o subvenciones).
La segunda pregunta se refiere más directamente a la legitimidad: si no hay protestas contra el gobierno (o al menos ninguna que llegue a las noticias nacionales), se puede suponer que la mayoría de la gente está satisfecha con su funcionamiento.
¿Cuáles son algunos ejemplos de sistemas políticos de éxito?
Hay muchos ejemplos de sistemas políticos de éxito, pero algunos destacan especialmente.
La Constitución de Estados Unidos y sus enmiendas han servido de base al gobierno estadounidense desde 1789; sólo se ha modificado 27 veces en más de dos siglos, lo que la convierte en una de las constituciones más estables de la historia moderna.
La Constitución del Reino Unido es otro ejemplo: a pesar de haberse fundado sobre principios revolucionarios en su momento (como la soberanía parlamentaria), se ha mantenido intacta desde 1689, ¡e incluso ha sobrevivido intacta a la Segunda Guerra Mundial!
Australia también tiene una historia interesante en lo que respecta a su propio documento fundacional: a diferencia de las constituciones de muchos otros países, que son redactadas explícitamente por legisladores o jueces después de haber sido aplicadas por esos mismos grupos.
La constitución australiana se creó mediante referéndum entre todos los ciudadanos antes de que se pusiera en marcha ninguna ley bajo su autoridad, lo que la convierte en un ejemplo en el que la gente decidió directamente qué tipo de gobierno quería antes de aplicar ninguna política basada en esas decisiones.
Un nuevo sistema político puede ser posible si reúne las características adecuadas.
Un nuevo sistema político puede ser posible si reúne las características adecuadas.
¿Cuáles son las características de un buen sistema político? Veamos algunos ejemplos.
- Una república democrática es aquella en la que la gente vota a representantes que toman decisiones en su nombre y luego las hacen cumplir por la fuerza de la ley. Este tipo de gobierno se implantó por primera vez en la antigua Grecia y Roma (y más tarde fue copiado por Estados Unidos).
- Una democracia directa permite a todos los ciudadanos votar las leyes directamente en lugar de elegir representantes que tomen decisiones en su nombre.
- Ha habido muchos intentos de crear este tipo de sistemas a lo largo de la historia, pero ninguno ha tenido éxito sin alguna forma de gobierno representativo también (véase más adelante).
Conclusion
Hemos visto que se puede crear un nuevo sistema político.
Sin embargo, hay algunas cosas importantes que debemos tener en cuenta antes de decidir qué tipo de sistema funcionará mejor para nosotros.
En primer lugar, tenemos que entender en qué consiste un sistema político y cómo funciona.
En segundo lugar, tenemos que evaluar si las características de nuestro gobierno actual funcionan lo suficientemente bien como para justificar su sustitución por algo diferente, o si hay formas de mejorarlas mediante pequeños cambios en lugar de empezar de cero.
Por último, debemos considerar qué tipos de sistemas existen actualmente en otros países del mundo (y el éxito que han tenido en la resolución de problemas como la corrupción).
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